Yegua negra del recuerdo, junto a ti me abrevo en las heridas de su ausencia. Paso a paso la seguimos con los párpados segados. Tras nosotros, sólo el rastro de una sombra que se alarga; por delante, los robados porvenires; a mis pies -incesante, sin rumbo, soberano-, tu galope.
domingo, 27 de abril de 2008
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