sábado, 7 de junio de 2008

Envidia de los dioses

Ante el fulgor de lo que nace y muere, oh mortales, ¿quién querría celebrar lo perdurable?

3 comentarios:

elpalabarista dijo...

Yo no. Yo quiero la rosa.

Sir John More dijo...

Pues yo no lo tengo tan claro...

Francisco Sianes dijo...

La trampa es que no existe lo perdurable.