Me resulta tan inimaginable, en la tiniebla, que dos seres puedan abismarse en la pasión, como creer en un vínculo entre ataúdes podridos. En momentos luminosos, reconozco en mi pecho la llama que atraviesa y une a la roca y el águila.
jueves, 17 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario